Nuestra familia daba gracias a Dios de que estuviéramos bien y sólo nos pedía que saliésemos de allí.
¿Por qué mi vida tenía más valor que la de otras 9.000 personas? Yo no era la madre de nadie, ni una doctora que salva vidas…. Murieron miles de personas más importantes y necesarias que yo.
En ningún momento se nos pasó por la cabeza irnos.
Eso hubiera sido admitir que sí somos más importantes que esas personas. Que el mero hecho aleatorio de haber nacido en España me hace tener más derechos y eso es precisamente la base de nuestra lucha, la igualdad de oportunidades.
Intentamos en todo momento que estar allí no supusiera un problema para nadie, sin estorbar, sin consumir recursos si nos los había, tratando de echar una mano sin pretensiones, ignorantes en el tema de la ayuda humanitaria.
Éramos una familia unida en Pokhara donde el terremoto no causó daños, trabajábamos para salir adelante emocionalmente, luchando por enviar la mayor cantidad de suministros a las zonas más afectadas, coordinándonos e intentando hacer las cosas bien.
Fue un caos y las cosas no se hacían todo lo bien que se deberían haber hecho (uno de los grupos de gente extranjera perdió a 20 de sus voluntarios y voluntarias en una actuación irresponsable).
Antes de irnos de Nepal, un mes después del terremoto, volvimos a nuestra otra casa, Bhaktapur.
No fuimos antes porque fue una de las zonas más dañadas por el terremoto.
Apenas había agua y comida para la gente de allí, hubiera sido una irresponsabilidad ir a «ayudar» porque lo que hubiéramos hecho habría sido estorbar. Nuestro pueblo estaba destrozado y nuestras amigas y amigos también. Sus miradas estaban perdidas y temblaban cada vez que había cualquier mínimo ruido. No sólo habían perdido sus casas, negocios o a miembros de su familia, lo peor es que habían perdido su futuro.
Estuvimos caminando por las calles donde habíamos estado viviendo más de un mes y medio. Los adoquines característicos de las calles de Bhaktapur habían desparecido bajo una gruesa capa de polvo y escombros que teníamos que sortear o escalar para pasar. Las casas que quedaban en pie estaban apuntaladas con palos de madera apoyados en las casas (o restos de ellas) del otro lado de la calle. Todo parecía tan frágil… empezó a llover, el monzón se acercaba, y daba la sensación que lo poco que quedaba en pie se iba a venir abajo sobre nuestras cabezas.
No puedo imaginar lo que debe ser vivir todo esto habiendo perdido a seres queridos, viendo que entre las casas y negocios que se han venido abajo están los tuyos, aquellos por lo que has luchado toda tu vida.
Cuando tu hijo de 11 años deja de ser un buen estudiante porque su mejor amigo ha muerto; cuando tu sobrino de 15 años tiene que dejar de trabajar y volver a su pueblo a reconstruir la casa familiar y después de eso alistarse en el ejército porque no le queda otra…
Esto son historias reales, las historias de Manika, Aayush, Dipendra y tanta otra gente a las que el destino les arruinó la vida el 25 de abril de 2.015, una fecha que jamás olvidaremos.
2 comentarios sobre “Nepal 25-04-2015. Una fecha que no olvidaremos”
Hoy yo también he pensado mucho y me he acordado de ese día tan trágico y terrible.
Gracias que nos avisasteis con tiempo suficiente para comunicarnos q estabais bien y q no os había pasado nada. Aquí en España no se sabía nada, yo enseguida puse la televisión y empezaban a dar las primeras noticias del terremoto pero no eran muy concretas pues había una gran conmoción y un caos tremendo. Cuando empezaron a llegar las primeras imágenes eran terribles, ver a los supervivientes q no sabían para donde correr… Yo se q lo pasasteis muy mal y sufristeis mucho emocionalmente ante la impotencia de no poder hacer nada en esos momentos y por eso os digo q hicisteis lo q teníais q hacer, pues ante tanto caos vosotros no podíais hacer nada, después ya pudisteis colaborar.
A mí cuando me comentasteis vuestro proyecto me pareció una gran locura, pero al pasar el tiempo me di cuenta q eso era lo q tú hija habías soñado toda tu vida y ahora es cuando os veo más felices q nunca y eso me llena de alegría xq lo más grande para una madre es ver felices a sus hijos y es de verdad q así lo siento y me gusta veros así ilusionados, preparando vuestro nuevo proyecto. Deseo q lo paséis bien en la nueva aventura y ayudando a todos en lo q podáis, y seguir siempre así de felices toda vuestra vida. Pero sin tantos sobresaltos. Os quiero
Sabemos que para vosotros y vosotras fue muy duro y lo pasasteis fatal.
Supongo que para un padre y una madre lo más «cómodo» es que sus hijos e hijas sean «normales», acaten los convencionalismos y se comporten como el resto de la sociedad pero ya sabes que ni David ni yo somos así.
Aunque en ocasiones no hayáis estado de acuerdo con mis ideas, siempre os agradeceré el hecho de haberme apoyado y haber estado a mi lado.
Gracias mami, te quiero.