Me da mucha tristeza escribir esta entrada del blog.
No lo hice en su día cuando Patán aún era una majestuosa ciudad y ahora gran parte está destruida por los terremotos.
No obstante, voy a plasmar nuestro recuerdo porque la ciudad lo merece y porque estoy segura que volverá a ser como antes.
Si hay una visita obligada cuando llegas a Nepal, esa es Patán que, junto a Bhaktapur, eran las dos ciudades medievales que quedaban conservadas antes de los terremotos.
Cogimos un bus local en Bhaktapur que nos llevó en una hora a Patán (gran parte del tiempo atascados).
Aunque las calles no están adoquinadas como en Bhaktapur, el ambientillo y los numerosos templitos que vas encontrando, te avisan de la magnitud de lo que te espera. Y así es cuando te paras frente a la entrada de la Durbar Square.
La plaza es bastante grande repleta de templos budistas e hindúistas erigidos a los principales dioses. Para entrar a la plaza es necesario pagar una entrada de 500 NPR.
Aunque ya habíamos estado en la Durbar de Katmandú y vivíamos en la de Bhaktapur (las 3 son patrimonio de la humanidad por la UNESCO), esta plaza tiene algo especial y por ello no es extraño encontrar aquí la que fue residencia del último rey Malla convertida hoy en el museo más importante de arte religioso de toda Asia.
El museo se divide en 2 zonas independientes y tienes que pagar 400 NPR para entrar en cada una.
Sabíamos que iba a merecer la pena, pero no nos podíamos imaginar que nos gustaría tanto. Semanas antes Aayush (el hijo de la familia de la guest house donde estábamos alojadas en Bhaktapur) nos había instruido en historia del hinduismo, por lo que encontrarte de pronto con salas repletas de Shiva, Vishnu, Brahma y compañía, fue una situación mágica que, particularmente yo, viví como una niña pequeña llena de curiosidad e ilusión.
Sobre todo la sala dedicada a mi dios hindú favorito, Ganesh.
Pasamos la tarde entera descubriendo el museo pero comenzó a llover y a acercarse la hora de partir.
Nos fuimos a ver el famoso Templo Dorado (Hiranya Varna Mahavihar) que se puede visitar por 50 NPR y donde se puede observar la impresionante fachada cubierta de oro dentro del pequeño patio interior que está rodeado de esculturas de animales, dioses y diosas.
En el primer piso al que se puede acceder, se encuentran los monjes budistas recitando sus mantras en una atmósfera oscura apenas iluminada por pequeñas velas.
Nos encantó Patán y quizás hubiera sido interesante pasar algún día más pero teníamos que volver a Bhaktapur con nuestros niños y niñas porque al día siguiente había cole.
Info útil
Localización: Plaza Durbar de Patán
Bus Bhaktapur – Patan : 40 NPR solo ida para una persona. Tardamos 1 hora debido a la cantidad de tráfico.
Entrada Durbar Square: 500 NPR.
Entrada Museo: Dividido en dos partes. 400 NPR cada una.
Entrada Templo Dorado: 50 NPR.