Llegamos a Nepal con el convencimiento de hacer un voluntariado con niños y niñas y, tras un pequeño periplo, decidimos buscarlo en Bhaktapur por nuestros medios.
Hablamos con Manika (la dueña de la guest house donde vivíamos) sobre lo que íbamos buscando y ella nos llevó al colegio Scholars’ Home Academy y nos presentó a su director, Rameshor.
Nos reunimos con el director y varias personas del colegio y tras explicarles nuestra formación y capacidades les pareció una buena idea que nos incorporásemos como monitor y monitora de ocio y tiempo libre.
Como sólo quedaba algo más de un mes para el fin de curso, les propusimos hacer con las niñas y niños de primaria una actuación para la fiesta fin de curso.
La idea era enseñarles una canción, fabricar instrumentos sencillos de percusión con materiales reciclados y desarrollar una coreografía para presentarla en la fiesta con los padres y madres. La canción que se nos ocurrió fue Yellow Submarine de Los Beatles. Subimos el altavoz grande a la clase, se la pusimos y les encantó.
El director nos pidió también que pasáramos al menos una hora diaria con la clase de pre escolar que estaban flipando con nuestra llegada y planteamos unas clases de educación no formal de plástica y música.
Cada semana les enseñábamos una canción infantil en inglés, para ello se aprendían el vocabulario de la misma con la ayuda de las profesoras nepalíes, hacían dibujos inspirados en la canción y lo compaginábamos con juegos de exterior energizantes y cooperativos y con clases de papiroflexia.
Lo pasaron en grande.
Con una media de 5 años, las niñas y niños comenzaban la semana con la motivación de la nueva canción y el resto de actividades. Como no podía ser de otro modo, David y yo también estábamos súper felices.
Con las menores de primaria desarrollamos una pauta de clases que comenzaban con los saludos y presentaciones en inglés. Enseguida mostraron interés en aprender palabras en español por lo que diariamente les enseñábamos las palabras en español a petición popular, y nos las “intentaron” enseñar en nepalí (se les dio mucho mejor que a David y a mi).
El resto de clase lo dedicábamos a preparar la canción y varios días hicimos dibujos y juegos de exterior en el patio.
La verdad es que la preparación de la actuación se la tomaron de una forma muy profesional.
Incluso cuando terminaba la clase y nos marchábamos, podíamos escuchar los gritos de “we all live in a yellow submarine” en toda la calle porque se quedaban ensayando.
El tema de los instrumentos no fue tan sencillo pero nos adaptamos a lo que teníamos.
Fabricamos unas maracas con botellas de plástico rellenas de piedras que luego sustituimos por semillas y usamos los pequeños cubos de plástico que tanto se usan en Asia como tambores con palitos del jardín.
Aunque tardaban poquísimo en aprender los ritmos que David les enseñaba, finalmente la coordinación no se les daba tan bien como el canto y el baile pero lo dieron todo y al final fue todo un éxito para la fascinación de sus padres y madres.
Cierto es que el día de la actuación pasaron mucha más vergüenza que en los ensayos.
Fue un mes y medio maravilloso. Hicieron dibujos a sus “babas” (papás) el 19 de marzo, día del padre en España, aprendieron los saludos básicos en español y cantaron, rieron y bailaron llenos de felicidad.
Compartir la pasión y energía de las pequeñas y pequeños ha sido una de las vivencias más intensas de nuestra vida. Hablarles de otros países y mostrárselos en el mapa fue emocionante para todos y todas y una motivación para querer conocer otras formas de vida y otras culturas. Nos gusta pensar que, de alguna manera, hemos plantado una pequeña semillita en sus corazones y esperamos que les ayude a aumentar sus aspiraciones y sueños.
Una semana después de terminar las clases y marcharnos, nuestras niñas y niños sufrieron 2 de los peores terremotos de la historia. Vieron como perdían sus casas y a varios de sus familiares, amigas y amigos.
Este post va dedicado especialmente al pequeño Monik que tristemente falleció en el primero de los terremotos y a nuestras niñas y niños a los que nunca olvidaremos y a quien seguro volveremos a ver en próximas visitas al que es uno de nuestros países preferidos Nepal.
4 comentarios sobre “Voluntariado en un colegio de Nepal”
me encanto!!! Demasiado biena la iniciativa! … les voy a copiar la idea de todos modos!! En varios meses mas, quizas un ano pienso ir a Nepal…asi es q ahi tengo harto tiempo para pensar, practicar mi ingles… y hacer algo bueno! Quizas no tan profesional como uatedes, pq en verdad loa felicito !!!
Hola Camila! Nos alegramos que te haya servido de inspiración. Un saludo
Me encantó! En Diciembre estaré un mes en Nepal y deseo compartir este tipo de cosas con los niños y la gente de allá.
Si tienen algún consejo para darme les dejo mi correo! Muchas gracias!!
Saludos.-
Hola Ignacio
Gracias por el comentario y disculpa que hayamos tardado tanto en contestar (por algún extraño motivo no nos había saltado el aviso de tu comentario). A nosotrxs Nepal nos atrapó. No se debe generalizar pero en nuestro caso, no hemos conocido unas gentes tan puras como lxs nepalíes, todxs aquellxs con lxs que nos cruzamos en los 3 meses que vivimos allí nos enamoraron.
El único consejo que nos atrevemos a darte va en relación a nuestra filosofía que ya has leído en este y otros posts nuestros, voluntariados profesionales sostenibles y responsables. Si pretendes trabajar con niñxs que sea porque tienes formación con menores y si no, seguro que tus capacidades pueden ser útiles en otros aspectos.
Si tienes cualquier duda o necesitas algún tipo de info sobre el país, no dudes en ponerte en contacto con nosotrxs.