Aquí traemos el segundo capítulo de de la oficina a la furgo. El camino de transición que hemos seguido para terminar viviendo en una furgoneta recorriendo el planeta. No ha sido mucha espera una semana ¿no?
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De la oficina a la furgo
Capítulo 2
NUEVAS OPORTUNIDADES
Ocurrió lo obvio, cerramos la tienda y en 2.010 cambió drásticamente nuestra vida: nos casamos y nos mudamos a vivir a Murcia.
Ni David ni yo le hemos dado nunca mucha importancia al tema del matrimonio. De hecho no estaba en nuestros planes casarnos pero, después de vivir en nuestras carnes varias injusticias laborales por no estar casados, decidimos hacerlo “a nuestra manera”. Éramos 10 las personas que nos reunimos en una sala de un juzgado de un pueblo de la sierra de Madrid, y sin bombo ni platillo firmamos un documento que dice que somos una familia.
El irnos a vivir a Murcia vino dado por una oportunidad laborar bastante interesante, dirigir una empresa familiar que, aunque también se tambaleaba, tenía una infraestructura mucho más fuerte tanto financiera, como de recursos humanos. David también formaría parte de la directiva de la misma.
El sustancial incremento de nuestros sueldos y la venta del stock que aún teníamos de la tienda nos permitió liquidar totalmente los préstamos que arrastrábamos. Nuestra casa de Madrid estaba alquilada, íbamos pagando la hipoteca y el alquiler de nuestra casa en Murcia donde nos convertimos en familia numerosa con Pol (nuestro perro), Marie y Pitu (nuestras gatas) y Miguelito (el hijo de Marie y el rey de la casa). Vamos, la vida “normal” de una familia española.
EXPLOTÓ LA BOMBA
El volver a Murcia trajo consigo que se formara dentro de mí una bomba de emociones. Volvía a la que había sido mi vida (aunque yo ya no la sintiera como tal), mi entorno, nuevo trabajo, nueva forma de vivir… y dentro de mi cabeza se formó un tsunami que ayudó a que afloraran sentimientos que tenía totalmente enterrados y que nunca había dejado salir. Se me daba muy bien el mundo empresarial pero me daba cuenta que no me hacía feliz, es más, me angustiaba el hecho de que para triunfar en ese mundo tenía que ser y hacer cosas que no me gustaban y no me hacían sentirme cómoda. Desenterré un interés que estaba escondido en lo más profundo de mi ser por el mundo de la cooperación y el desarrollo. Así que hice algo a lo que estaba acostumbrada, compatibilizar el trabajo con los estudios, haciendo másters y cursos relacionados con la cooperación, el desarrollo, el empoderamiento de la mujer etc.
La crisis en España ha dejado un rastro de dramáticas historias y dirigir una empresa en ese contexto, siendo la responsable de la vida de tantas personas, es muy complicado y absorbente. De las 24 horas que tiene el día solo paraban nuestros cerebros las pocas horas que dedicábamos a dormir, así que mi salud mental comenzó a resentirse. Llegó un momento en el que no era capaz de dormir sin pastillas ni enfrentarme al lunes sin el ansiolítico de turno. Los domingos los pasaba llorando porque, aunque había conseguido “la vida perfecta”, yo me sentía una fracasada. Así que David me dio un ultimátum y me hizo ver que nuestra vida era mucho más importante que cualquier otra cosa.
Continuará…
Puedes ver el siguiente capítulo en este enlace Capítulo 3