Si vas a camperizar tu furgo y no eres una persona experta, te vas a equivocar. Vas a cometer errores. Sin duda. Pero no pasa nada, errar es humano.
Unos serán errores tontos que no tienen mayor repercusión pero otros pueden influir en la funcionalidad o en el diseño. Así que lo mejor es asumir que van a pasar e intentar aprender de ellos.
Y aunque estamos muy contentas con el resultado de nuestro primer trabajo de camperización reconstruyendo La Florinda, cometimos fallos. Unos mejores, otros peores, pero que aquí te los compartimos para que tú los puedas evitar.
Así que prepárate que aquí va Lo que NO debes hacer al camperizar una furgo.
Error 1. Dejar el móvil en un lugar donde hay herramientas
Éste, aunque no sea un error de la camperización en sí, es el peor de nuestros errores por las consecuencias que conllevó.
Con mi afán por hacer fotos del proceso, el móvil estuvo dando vueltas por diversos lugares de la furgo. Vivió en el marco de una ventana, dentro de un armario, en el asiento… y encima del mueble de la cocina.
Tengo que decir que David siempre me dice que dejo el móvil en lugares que no son muy adecuados. Pero, para una mente despistada y con tan poca atención como la mía, es pedirle peras al olmo.
Y efectivamente pasó lo que tenía que pasar.
No sabemos cómo, pero apretando un tornillo de los muebles de arriba, la carraca se le escapó de la mano a David, y de toda la encimera, fue a caer en mi móvil, partiendo el cristal de la pantalla.
Qué disgusto. Al menos seguía funcionando. Aunque meses más tarde habría que jubilarlo.
Dice David que pocas veces me ha visto llorar así. Sabemos que lo material siempre es secundario, pero lloraba de impotencia. Nos gusta que las cosas nos duren y, antes de tirar, siempre intentamos reparar y recuperar, así que para mí fue un palo. Además, para las personas que vivimos con bajo presupuesto es básico ser muy cuidadosas con nuestras cosas. Cambiar de móvil no es algo que podamos hacer todos los días.
Error 2. No hacer caso de las instrucciones de uso y montaje
Si en las instrucciones del suelo laminado vinílico te pone que hay que montarlo sobre una superficie rígida, hazlo.
Esto parece muy obvio, pero cuando estás camperizando o renovando una furgo con millones de cosas por hacer, tiendes a simplificar y a ahorrar.
Nuestra querida Florinda, como buena furgo americana, venía con moqueta en el suelo.
Además de llevar bastante mierda, era horrible. Yo soy alérgica al polvo, así que no había discusión, la moqueta iba fuera y se sustituía por suelo laminado vinílico imitación tarima.
Al quitar la moqueta, vimos que debajo llevaba suelo aislante tipo goma eva, parecido al que se le ponen a los niños y niñas para jugar.
Y dijimos, pues fenomenal. Porque esto hace de superficie plana y estable, nos queda que pa qué y nos ahorramos la pasta y el trabajo de montar la maderita de turno (que en Estados Unidos hay mucha, pero es muy cara).
Ahora, caminar por La Florinda es una experiencia única, porque es como ir andando sobre una nube. Esa parte está muy guay, pero cuando pisas en determinados lugares de algunas lamas, se levantan otras. No van instaladas con adhesivo sino con machihembrado, y al principio no ocurría, pero con el tiempo las cosas se van dando de sí. Nueva lección aprendida.
De todas formas, no tiene mayor problema. Pisamos sobre la que se ha levantado y arreglado. 😉
Error 3. No ajustar perfectamente un suelo laminado
Seguimos con el suelo. Y es que, si el fabricante del suelo, además de decirte que lo pongas sobre una superficie rígida, te dice que uses unas piezas especiales en los finales… úsalas.
A ver, en nuestra defensa diremos que montar el suelo en una furgo es muy diferente a montarlo en la habitación de una casa. Y todas las instrucciones iban enfocadas a eso, a poner el suelo en una casa cuadradita, con sus paredes bien hechas y sin nada en medio que te moleste o estorbe.
Para empezar, nuestra furgo no es rectangular. Tiene una forma extraña que se ensancha y se estrecha. ¿Por qué? Pues ni idea, pero es lo que hay.
El caso es que, además teníamos el mueble de la cocina que venía ya instalado y no estaba a escuadra. No os podéis imaginar los calentamientos de cabeza que nos ha dado esto.
Bueno, a lo que voy, quedaba todo como muy ajustadito menos en la zona de la cocina.
Los finales del suelo en las puertas y en la cabina de conducción iban sujetos con tornillos, por lo que no habría problema. Además los muebles de la cama irían encima y en el centro está el agujero de la pata de la mesa que también lleva tornillos. Así que pensamos que no habría quien lo moviera y no sería necesario ajustarlo al milímetro. ERROR.
Con el tiempo y el movimiento en carretera, las lamas han dado de sí o la furgo ahora es más grande, una de dos. Y el hueco milimétrico que había entre el suelo laminado y el mueble de la cocina ha crecido y alguna lama se ha movido un poco, dejando hueco con la siguiente.
Algunas separaciones las hemos arreglado con una cuña para que haga presión, pero otras no es posible ponerle nada por donde están. No obstante, ya hemos aprendido a vivir con los huecos.
Error 4. No planificar correctamente el orden para hacer las cosas
Si pones el suelo, asegúrate que todo lo que tenías que meter debajo, está ya metido; como cables, por ejemplo.
Como veis, el suelo nos dio bastantes quebraderos de cabeza o mejor dicho, le pusimos poca cabeza al tema del suelo.
Instalamos una tercera batería en la furgo para que almacenase la energía de las placas solares. Y el mejor sitio era en la parte de atrás, en la esquina opuesta donde está hecha la instalación eléctrica.
No habíamos terminado la instalación eléctrica pero nos interesaba montar el suelo. Así que dejamos instalados varios tubos coarrugados debajo del suelo para luego meter los cables por un extremo y sacarlos por el otro. Suponiendo que con una guía para cables no habría mayor problema.
Algo sencillo.
ERROR, nuevamente.
El tubo coarrugado que usamos iba rajado y por mucha cinta americana que le pusimos, y varios tipos de guías que utilizamos, los cables no pasaban de ninguna manera.
Nos tocó desmontar el suelo, meter los cables y volverlo a montar. 🙄
Error 5. No hacer caso ni a expertos ni a nosotras mismas
Si en todos los posts sobre camperizaciones lees que no se debe usar madera pesada, no la uses.
Algo que repetía David desde que supimos que construiríamos un mueble en La Florinda era “no hay que usar conglomerado, lo he leído en todas partes y vamos a usar otro tipo de madera, tiene que ser una madera ligera”.
Y diréis, ¿y si lo teníais tan claro, por qué lo comprasteis?
Pues porque en la vida haces cosas a veces que no tienen mucho sentido.
Para construir el armazón del mueble usamos listones y para las tapas de los cajones que se usarían de asiento usamos madera laminada. Estupenda porque no pesa nada.
Queríamos que el acabado fuera en blanco y no contemplábamos la opción de ponernos a pintar la madera, ni por el tiempo, ni por el resultado. Así que nos pusimos a buscar madera blanca ligera en nuestra segunda casa en esa época, el Home Depot (El Leroy Merlin estadounidense). No encontramos nada y pensamos que por un poco de conglomerado no pasaría nada. Total, iban a ser solo las maderas vistas.
Así que terminamos comprando el conglomerado que NO se debe usar dentro de una furgo.
Diseñamos el mueble del váter con un sistema infalible para que no hiciera falta sacarlo para usarlo.
El problema es que al ser conglomerado y pesar como un condenado, al levantar la tapa no se sostiene y hay que aguantarla… Un rollo, así que al final, lo sacamos cada noche. Podríamos haber puesto un enganche para sujetar la tapa, pero bueno, tampoco es tanto trabajo sacar el váter por las noches. 🙂
Debimos usar la madera laminada para todo y si queríamos un acabado en blanco podríamos haber comprado un contrachapado de ese color para las caras de la madera vistas. Pero esta opción la vimos ya tarde…
Error 6. Desmontar algo que tienes que volver a montar y no poner la atención necesaria
Si desmontas un mueble para volver a montarlo utiliza, al menos, el 90% de los tornillos. 😆
Cuando ya pensábamos que la renovación de La Florinda iba viento en popa, comenzó a llover en California.
Mucho.
Y aparecieron goteras.
Contratamos a un especialista para que nos revisara el techo y lo primero que nos dijo fue que había que desmontar todos los muebles superiores y la madera del techo.
Nos vino bien porque aprovechamos para pintarlos y tapizarlos, pero al ir a montarlos nos dimos cuenta que había demasiados tornillos y muy pocos agujeros (Todo esto basado en nuestra “dilatada” experiencia en carpintería).
Así que decidimos usar los que creímos necesarios, que ya fueron unos cuantos. Y aún así, sobraron muchos.
6 meses después, tuvimos que reforzar los muebles porque nos dimos cuenta que uno de los bloques de armarios estaba cogiendo holgura y se estaba descolgando. Así que, como era obvio, deberíamos haber usado bastantes más tornillos para sujetarlos.
Con unas escuadras bien colocadas ha quedado solucionado. Siempre hay solución para todo.
Error 7. No marcar todo bien antes de modificarlo
Si vas a tapizar muebles que hay que ensamblar, asegúrate de no tapar los agujeros de montaje, y si lo haces, márcalos, para posteriormente saber donde están.
Como habéis visto en el punto anterior, aprovechamos para tapizar los muebles con tela blanca y conseguir así que la furgo se viera más limpia y luminosa.
La idea era estupenda y no fue muy difícil hacerlo (a excepción de las esquinas).
Nos quedaron fenomenal y es verdad que el interior se ve más amplio y clarito. También nos viene genial para poder limpiar las manchas que aparecen de vez en cuando.
El problema es que con la tela tapamos los agujeros donde iban los tornillos.
Tengo que decir, en honor a la verdad, que David me lo advirtió constantemente: “marca los agujeros, que luego no va a haber quién monte los muebles”.
Convencida de que con el dedito iba a ser capaz de encontrarlos, me lié la manta a la cabeza y me puse a tapizar como si no hubiera un mañana.
Efectivamente, encontramos muchos de los agujeros pero sabemos a ciencia cierta, que no los encontramos todos. Así pasó lo que pasó con los tornillos: que nos sobró una bolsa entera.
Conclusiones
Como podéis ver, todo está ya inventado y probado y hay que hacer caso a la gente experta. Leer instrucciones, seguir consejos de los blogs, pensar con la cabeza. y no tomar decisiones a lo loco.
No fueron muchos los errores cometidos para todo lo que hicimos, pero éstos nos quitaron mucho tiempo y, en ocasiones, nos desanimaron un poco.
Aun con errores y todo, aprendimos muchísimo y nos lo pasamos en grande con la renovación de nuestra Florinda.
Y la verdad es que el resultado nos encanta.